viernes, 24 de junio de 2016

Eva, alérgica a la proteína de leche de vaca y con tan solo un mes de nacida ya padecía reflujo y cólicos, y yo madre frustrada por no poder lactar.

Esto lo escribo sin ánimo de juzgar ninguna forma de crianza, creo que todo lo que se hace con amor y  cariño es válido, solo quiero compartir mi experiencia por si acaso es útil para alguien más, y sobre todo para que sepan que hay más opciones de alimentación para un recién nacido. Eva, mi bebé, es alérgica a la proteína de leche de vaca y con tan solo un mes de nacida ya padecía reflujo y cólicos, y yo era una mamá frustrada por no poder producir la leche materna que mi hija necesitaba.


-EVA Y SU MAMÁ-

Este es mi caso. Quedé embarazada en enero del 2014 a mis 31 años, un embarazo dentro de lo normal, como madre primeriza y moderna, bajé aplicaciones a mi celular sobre el desarrollo del bebe día a día, busqué información por internet, leí libros, (ninguna información se acerca, ni medianamente, a lo que puede ser un parto y ese primer mes como madre). Finalmente llegó el día, en octubre del 2014 nació Eva, tuve un parto natural, difícil pero ella nació muy bien, con buen peso y medidas dentro del rango.
Intenté darle pecho pero no me salía lo suficiente, así que empecé a pedir asesorías de lactancia con expertos pues me sentía presionada, creía que si no le daba pecho era una mala madre; lloraba y me sentía frustrada porque no me salía casi nada. Recordaba los cursos psicoprofilácticos donde recalcaban muchísimo el tema de la lactancia exclusiva, etc.., y desde el tercer día me tocó complementar la alimentación de Eva con leche de fórmula, recetada por el primer pediatra que la vio, pues mi leche no era suficiente para ella. En este tema no quiero profundizar pues hay mil teorías al respecto, dicen que todo depende de la demanda del bebe, entre otras cosas, y tal vez sí, no sé, pero yo dejaba a Eva alrededor de una hora en cada pecho y seguía llorando por hambre. Lo intenté con esos súper extractores automáticos y me quedaba hasta 40 minutos, pero solo me salía media onza de leche y mi bebé en ese momento ya se tomaba 3 onzas. Me sentía frustrada, sobretodo por la presión social, debía seguir intentándolo como fuera, porque la leche materna es el “mejor alimento”.
A todo esto, sumémosle que las primeras dos semanas tuve algo que se llama “Baby bluze”, es una especie de depresión post parto, no fue esa clase de depresión contra mi bebe, sino más bien era una tristeza interna, como si a mi cuerpo le faltara una parte, y claro, extrañaba mi panza y eso se manifestó en mí con tristeza, pérdida del apetito, lloraba por todo y sin razón. Menos mal esto solo duró dos semanas, después todo fue mejorando gracias a la paciencia y el apoyo incondicional de mi esposo, pues en esos días no me sentía yo y apenas estaba asimilando que ya era MAMÁ. Ninguna mujer debería avergonzarse por estas depresiones post parto porque somos muchas las que a diario pasamos por esto, más de las que creemos.


-"EL TOUR DE LAS LECHES DE FÓRMULA"-

Continué alimentando a mi bebé, le daba la poca leche materna que me salía y le complementaba con fórmula. A las dos semanas de nacida, Eva empezó a dormir mal, a quejarse todo el tiempo, a retorcerse, y además, tenia un reflujo que cada vez es más común en los bebes, pero común no quiere decir normal, así que fui al segundo pediatra, allí empezó lo que yo llamo el “tour de las fórmulas” de leche para encontrar la adecuada. El pediatra me dijo que había que cambiarle la leche porque probablemente no la estaba asimilando bien, y simultáneamente le formuló un medicamento para el reflujo, (Zantac, Biogaia, entre otros). Yo pensaba: “Dios mío, tan pequeña y ya debo darle todos esos medicamentos”. En el tour de las leches de fórmulas debes ir probando y esperando la reacción para ver cuál le sienta mejor y cuál es “la adecuada”. Probé una y ella no mejoraba, el brote en su cara continuaba y solo me decían: “es normal en los bebes, que se queje es normal y que no duerma bien, también es normal”, (fue solo más adelante cuando entendí que nada de eso es normal, que lo normal es un bebe sano y tranquilo). Decidí cambiar de pediatra, probé la segunda leche y tampoco mejoraba, él me remitió a un gastroenterólogo pediatra porque el reflujo continuaba y la bebé seguía quejándose. Luego, escuché por ahí que de pronto era alérgica a la proteína de la leche de vaca, entonces el nuevo pediatra me formuló otra leche para seguir probando en mi bebé, una leche hidrolizada. Recuerdo muy bien que ese día en su escritorio había una leche que decía “Hidrolizada” en un tarro verde y con un papelito al lado que llevaba un teléfono. Pues él se “iluminó” y me dijo: “ven probemos con esta”, se notaba que acababa de recibir esas visitas de las empresas de leche, entonces me dijo: “de pronto no la puedes conseguir fácilmente, entonces pídela a este teléfono”, me entregó ese papel que estaba junto a la leche, y me dijo: “es más, ¡ellos hasta te regalan muestras de leche gratis!” (claro, cómo no van a regalar las primeras, con esos precios tan altos), y yo pensé: “¡qué bueno, esta sí va a ser por fin”, entonces con mucha esperanza y seguridad se la di a Eva, y ¡Oh! Sorpresa, ese mismo día hizo deposición con sangre. Mi angustia no era normal, la llevé de inmediato a ese mismo doctor (particular, lastimosamente algunos doctores atienden mejor de esta forma), quien con algo de pena me dijo: “definitivamente sí va a ser alérgica a la proteína de la leche de vaca”, algo que la primera pediatra ya sabía, así que me formuló Neocate, una leche sin proteína de leche de vaca que sabe a pescado y vale más o menos 140 mil pesos el tarro por 400g y dura 4 días. Para este tipo de leches tan costosas, las EPS están en obligación de suministrarlas haciendo todo un procedimiento que al final, gracias a la sopa, no tuve que hacer porque solo alcancé a darle 2 tarros.


-EVA CON ALERGIA EN LA CARA-
1 MES

Una tía con la que estoy muy agradecida, vio mi desespero y me habló de una sopa, la “Sopa Jaramillo”. Me contó que alguna vez había escuchado un caso similar que se solucionó gracias a la Sopa Jaramillo. Eva tenía mes y medio, y esa fue la primera vez que oí de la sopa, empecé a leer, a investigar, a leer temas al respecto, y no encontré nada en su contra, pero sí mucho a favor. Es una sopa con ingredientes naturales (verduras, granos y proteína animal) que encuentras en cualquier súper mercado o plaza de mercado y que tú misma preparas en casa, pero claro, todavía me parecía una idea desquiciada, pues crecí convencida de que la leche materna o leche de fórmula eran la única opción para un bebe menor de 6 meses. En ese momento pensé, si lo hago, sería después de los 4 meses, sin embargo, esa misma semana (con 1 mes y medio de nacida), Eva tuvo un episodio que cambió todo. Mi esposo y yo estábamos dándole un tetero en la noche y de pronto se empezó a poner morada, no respiraba y estaba atragantada por el reflujo. Afortunadamente fue solo por unos segundos, luego volvió a la normalidad, pero después de eso, mi esposo y yo llorando, lo único que pudimos hacer fue rezar y pedirle a Dios que nos iluminara, que nos diera una señal de lo que debíamos hacer porque estábamos desesperados al ver como Eva sufría, además sentía que esas fórmulas no eran un verdadero alimento para ella, pues parecían agua-leche, eran muy líquidas y al final quedaba una capa grasosa en el biberón que me hacía pensar en lo que contenía esta formula, ¿agua y grasa? El caso es que al día siguiente fui a un almacén cerca de mi casa, llevaba a Eva en un fular (cargador de tela), me gustaba salir con ella así porque dormía más tranquila. En la fila de la caja había una señora joven, y pasó lo que siempre pasa con los bebés, me preguntó cuánto tenía, etc., empezamos hablar y terminé contándole lo del reflujo. Para mi sorpresa, ella me dijo que había pasado por una situación parecida y hasta peor con su bebé, pero que todo se había solucionado gracias a la Sopa Jaramillo. Yo pensé que no podía ser solo coincidencia, que en una ciudad tan grande como Bogotá, preciso me encontrara con ella, quién me explicó todo, hasta cómo hacer la sopa. Yo pensaba, ¿será que esto es una señal,  ¡Dios mío!, ¿qué hago?. No lograba decidirme, era un paso muy difícil, así que llamé directamente al doctor Jaramillo (en su página está el número celular, (www.sopajaramillo.org). Era sábado, entonces no me contestó, me desanimé un poco, pensé que debía ser alguien muy ocupado y así ni modo. Pasaron 10 minutos y él me devolvió la llamada, entonces le conté mi caso, le dije que si podía atenderme, yo me iba ese mismo día para Armenia, y se rió de buena forma. Me dijo: “si quiere venir, es bienvenida, yo la recibo en mi casa, pero para darle la sopa a Eva no es necesario, me hace el favor y le hace la sopa ¡ya! a su hija”. Me explicó que la leche de vaca producía la mayoría de las alergias, cantidades de enfermedades, que no es alimento para humanos, entre muchas otras cosas que están en su página (teorías basadas en estudios que lo soportan y que ahí se pueden encontrar). Información que cambiaría la vida de Eva y la mía. Esa misma tarde compré todos los ingredientes en un supermercado e hice la sopa en mi casa. El doctor me llamó de nuevo para preguntarme cómo iba, y bueno, sin más preámbulos le di la bendición a la sopa y se la di a Eva, en esa primera toma fueron 4 onzas que recibió súper bien, y ese mismo día le suspendí todos los medicamentos que le estaba dando, porque como la sopa es espesa, ya no había problema con el reflujo, y aún mejor, sólo me costó lo que gasté en el supermercado. El doctor no me cobró nada, es más, las llamadas al celular las hizo él. Me refiero a este tema económico porque los que hemos pasado por esto sabemos lo costoso que es todo lo referente al recién nacido y más con leches de fórmulas especiales. La única que medio le servía a Eva costaba como 140 mil pesos el tarro, que solo alcanzaba para 4 días, en cambio la sopa la puede hacer cualquier persona, de grandes o escasos recursos, incluso, con esta sopa que casi nadie conoce, se evitarían muchas muertes de niños por desnutrición.
A partir de ese momento alimenté a Eva solo con la sopa Jaramillo, porque además ya no me salía casi nada de mi leche. Ella tomaba 4 onzas cada 3 horas, quedaba satisfecha y dormía mejor. Por mi parte, dejé de pasar tanto tiempo en citas médicas, consultas, controles y empecé a disfrutar más de Eva y de su desarrollo normal durante el día a día.


-EVA TOMANDO SU PRIMERA-
SOPA JARAMILLO
MES Y MEDIO

Lo mejor de todo es que quedé tranquila, sentí que por fin le estaba dando un verdadero alimento a mi bebé. Por primera vez después de mes y medio, pude verla dormir plácida y relajada sin pujar ni quejarse. Ver así a mi hija me dejó completamente agradecida, creo que tal vez teníamos que pasar por esto para quitarnos las vendas de los ojos y ver con más claridad las cosas.
Por último, esto no solo cambió la alimentación de mi hija, sino que definitivamente cambió la mía, pues empecé a investigar y a leer sobre la importancia de los alimentos, a cambiar mis hábitos, a ver por mí misma los resultados, a experimentar, aprendí a leer las etiquetas, a no creer en todo lo que dice la publicidad y a entender que lo único realmente natural es lo que se prepara con alimentos frescos, sin ningún tipo de empaque. Eva no ha probado ni una compota comprada, ni procesada de esas que venden por ahí llenas de azúcar. Eva todavía no puede escoger sus alimentos, pero mientras sea yo quien lo haga, seguiré eligiendo lo saludable, y si un día ella se antoja de un dulce o de algo que no sea saludable, se lo permitiré, no soy extremista ni totalmente rígida, pero sí trataré que en su rutina diaria siempre tenga alimentos de calidad, y con el tiempo ella irá aprendiendo por si sola y crecerá con un gusto especial por la comida sana. Aquí no caben esos jugos de caja que dicen “pura fruta”, lo cual es falso, si queremos darle 100% pura fruta natural a los niños (como dicen muchas etiquetas) entonces mejor démosle la fruta.


-EVA 1 AÑO-

Aclaro que no soy médico, ni nada por el estilo, solo que escogí otra opción diferente para alimentar a mi bebé, opción que me funcionó, y que podría servirle a muchas otras mamás. Por eso dejo las fuentes donde pueden investigar más acerca del tema, cada cual es libre de alimentar a sus hijos como mejor le parezca, lo importante es hacerlo con amor y tranquilidad. Hoy sólo puedo decir que la Sopa Jaramillo cambió mi vida y la de mi hija, y que sí hay más opciones de alimentación para los bebés, a parte de la leche.
Hoy, Eva es una niña con crecimiento y desarrollo completamente normal, saludable y feliz.