Esto lo escribo sin ánimo
de juzgar ninguna forma de crianza, creo que todo lo que se hace con amor
y cariño es válido, solo quiero
compartir mi experiencia por si acaso es útil para alguien más, y sobre todo para
que sepan que hay más opciones de alimentación para un recién nacido. Eva, mi bebé, es alérgica a la proteína de leche de vaca y con tan solo
un mes de nacida ya padecía reflujo y cólicos, y yo era una mamá frustrada por no poder producir
la leche materna que mi hija necesitaba.
-EVA Y SU MAMÁ-
Este es mi caso.
Quedé embarazada en enero del 2014 a mis 31 años, un embarazo dentro de lo normal,
como madre primeriza y moderna, bajé aplicaciones a mi celular sobre el
desarrollo del bebe día a día, busqué información por internet, leí libros, (ninguna
información se acerca, ni medianamente, a lo que puede ser un parto y ese
primer mes como madre). Finalmente llegó el día, en octubre del 2014 nació Eva,
tuve un parto natural, difícil pero ella nació muy bien, con buen peso y
medidas dentro del rango.
Intenté darle
pecho pero no me salía lo suficiente, así que empecé a pedir asesorías de
lactancia con expertos pues me sentía presionada, creía que si no le daba pecho
era una mala madre; lloraba y me sentía frustrada porque no me salía casi nada. Recordaba los cursos psicoprofilácticos donde recalcaban muchísimo
el tema de la lactancia exclusiva, etc.., y desde el tercer día me tocó
complementar la alimentación de Eva con leche de fórmula, recetada por el
primer pediatra que la vio, pues mi leche no era suficiente para ella. En este
tema no quiero profundizar pues hay mil teorías al respecto, dicen que todo
depende de la demanda del bebe, entre otras cosas, y tal vez sí, no sé, pero yo
dejaba a Eva alrededor de una hora en cada pecho y seguía llorando por hambre. Lo
intenté con esos súper extractores automáticos y me quedaba hasta 40 minutos,
pero solo me salía media onza de leche y mi bebé en ese momento ya se tomaba 3
onzas. Me sentía frustrada, sobretodo por la presión social, debía seguir
intentándolo como fuera, porque la leche materna es el “mejor alimento”.
A todo esto,
sumémosle que las primeras dos semanas tuve algo que se llama “Baby bluze”, es
una especie de depresión post parto, no fue esa clase de depresión contra mi
bebe, sino más bien era una tristeza interna, como si a mi cuerpo le faltara
una parte, y claro, extrañaba mi panza y eso se manifestó en mí con tristeza,
pérdida del apetito,
lloraba por todo y sin razón. Menos
mal esto solo duró dos semanas, después todo fue mejorando gracias a la paciencia
y el apoyo incondicional de mi esposo, pues en esos días no me sentía yo y
apenas estaba asimilando que ya era MAMÁ. Ninguna mujer debería avergonzarse
por estas depresiones post parto porque somos muchas las que a diario pasamos
por esto, más de las que creemos.
-"EL TOUR DE LAS LECHES DE FÓRMULA"-
Continué
alimentando a mi bebé, le
daba la poca leche materna que me salía y le complementaba
con fórmula. A las dos semanas de nacida, Eva empezó a dormir mal, a quejarse
todo el tiempo, a retorcerse, y además, tenia un reflujo que cada vez es más
común en los bebes, pero común no quiere decir normal, así que fui al segundo pediatra, allí empezó lo que yo llamo el “tour
de las fórmulas” de leche para encontrar la adecuada. El pediatra me dijo que
había que cambiarle la leche porque probablemente no la estaba asimilando bien,
y simultáneamente le formuló un medicamento para el reflujo, (Zantac, Biogaia,
entre otros). Yo pensaba: “Dios mío, tan pequeña y ya debo darle todos esos
medicamentos”. En el tour de las leches de fórmulas debes ir probando y
esperando la reacción para ver cuál le sienta mejor y cuál es “la adecuada”. Probé
una y ella no mejoraba, el brote en su cara continuaba y solo me decían: “es
normal en los bebes, que se queje es normal y que no duerma bien, también es normal”,
(fue solo más adelante cuando entendí que nada de eso es normal, que lo normal
es un bebe sano y tranquilo). Decidí cambiar de pediatra, probé la segunda
leche y tampoco mejoraba, él me remitió a un gastroenterólogo pediatra porque
el reflujo continuaba y la bebé seguía quejándose. Luego, escuché por ahí que
de pronto era alérgica a la proteína de la leche de vaca, entonces el nuevo pediatra
me formuló otra leche para seguir probando en mi bebé, una leche hidrolizada. Recuerdo
muy bien que ese día en su escritorio había una leche que decía “Hidrolizada”
en un tarro verde y con un papelito al lado que llevaba un teléfono. Pues él se
“iluminó” y me dijo: “ven probemos con esta”, se notaba que acababa de recibir
esas visitas de las empresas de leche, entonces me dijo: “de pronto no la
puedes conseguir fácilmente, entonces pídela a este teléfono”, me entregó ese
papel que estaba junto a la leche, y me dijo: “es más, ¡ellos hasta te regalan
muestras de leche gratis!” (claro, cómo no van a regalar las primeras, con esos
precios tan altos), y yo pensé: “¡qué bueno, esta sí va a ser por fin”,
entonces con mucha esperanza y seguridad se la di a Eva, y ¡Oh! Sorpresa, ese
mismo día hizo deposición con sangre. Mi angustia no era normal, la llevé de
inmediato a ese mismo doctor (particular, lastimosamente algunos doctores atienden
mejor de esta forma), quien con algo de pena me dijo: “definitivamente sí va a
ser alérgica a la proteína de la leche de vaca”, algo que la primera pediatra
ya sabía, así que me
formuló Neocate, una leche sin proteína de leche de vaca que sabe a pescado y vale
más o menos 140 mil pesos el tarro por 400g y dura 4 días. Para este tipo de
leches tan costosas, las EPS están en obligación de suministrarlas haciendo todo
un procedimiento que al final, gracias a la sopa, no tuve que hacer porque solo
alcancé a darle 2 tarros.
-EVA CON ALERGIA EN LA CARA-
1 MES
1 MES
Una tía con la que estoy muy agradecida, vio mi
desespero y me habló de una sopa, la “Sopa Jaramillo”. Me contó que alguna vez
había escuchado un caso similar que se solucionó gracias a la Sopa Jaramillo. Eva
tenía mes y medio, y esa fue la primera vez que oí de la sopa, empecé a leer, a
investigar, a leer temas al respecto, y no encontré nada en su contra, pero sí
mucho a favor. Es una sopa con ingredientes naturales (verduras, granos y proteína
animal) que encuentras en cualquier súper mercado o plaza de mercado y que tú
misma preparas en casa, pero claro, todavía me parecía una idea desquiciada, pues
crecí convencida de que la leche materna o leche de fórmula eran la única opción
para un bebe menor de 6 meses. En ese momento pensé, si lo hago, sería después
de los 4 meses, sin embargo, esa misma semana (con 1 mes y medio de nacida),
Eva tuvo un episodio que cambió todo. Mi esposo y yo estábamos dándole un tetero
en la noche y de pronto se empezó a poner morada, no respiraba y estaba atragantada
por el reflujo. Afortunadamente fue solo por unos segundos, luego volvió a la
normalidad, pero después de eso, mi esposo y yo llorando, lo único que pudimos
hacer fue rezar y pedirle a Dios que nos iluminara, que nos diera una señal de
lo que debíamos hacer porque estábamos desesperados al ver como Eva sufría, además
sentía que esas fórmulas no eran un verdadero alimento para ella, pues parecían
agua-leche, eran muy líquidas y al final quedaba una capa grasosa en el biberón
que me hacía pensar en lo que contenía esta formula, ¿agua y grasa? El caso es
que al día siguiente fui a un almacén cerca de mi casa, llevaba a Eva en un
fular (cargador de tela), me gustaba salir con ella así porque dormía más
tranquila. En la fila de la caja había una señora joven, y pasó lo que siempre
pasa con los bebés, me preguntó cuánto tenía, etc., empezamos hablar y terminé contándole
lo del reflujo. Para mi sorpresa, ella me dijo que había pasado por una situación
parecida y hasta peor con su bebé, pero que todo se había solucionado gracias a
la Sopa Jaramillo. Yo pensé que no podía ser solo coincidencia, que en una ciudad
tan grande como Bogotá, preciso me encontrara con ella, quién me explicó todo,
hasta cómo hacer la sopa. Yo pensaba, ¿será que esto es una señal, ¡Dios mío!, ¿qué hago?. No lograba decidirme,
era un paso muy difícil, así que llamé directamente al doctor Jaramillo (en su página
está el número celular, (www.sopajaramillo.org). Era sábado, entonces no me contestó, me
desanimé un poco, pensé que debía ser alguien muy ocupado y así ni modo. Pasaron
10 minutos y él me devolvió la llamada, entonces le conté mi caso, le dije que
si podía atenderme, yo me iba ese mismo día para Armenia, y se rió de buena
forma. Me dijo: “si quiere venir, es
bienvenida, yo la recibo en mi casa, pero para darle la sopa a Eva no es
necesario, me hace el favor y le hace la sopa ¡ya! a su hija”. Me explicó
que la leche de vaca producía la mayoría de las alergias, cantidades de
enfermedades, que no es alimento para humanos, entre muchas otras cosas que están
en su página (teorías basadas en estudios que lo soportan y que ahí se pueden
encontrar). Información que cambiaría la vida de Eva y la mía. Esa misma tarde
compré todos los ingredientes en un supermercado e hice la sopa en mi casa. El doctor
me llamó de nuevo para preguntarme cómo iba, y bueno, sin más preámbulos le di
la bendición a la sopa y se la di a Eva, en esa primera toma fueron 4 onzas que
recibió súper bien, y ese mismo día le suspendí todos los medicamentos que le
estaba dando, porque como la sopa es espesa, ya no había problema con el reflujo,
y aún mejor, sólo me costó lo que gasté en el supermercado. El doctor no me
cobró nada, es más, las llamadas al celular las hizo él. Me refiero a este tema
económico porque los que hemos pasado por esto sabemos lo costoso que es todo
lo referente al recién nacido y más con leches de fórmulas especiales. La única
que medio le servía a Eva costaba como 140 mil pesos el tarro, que solo alcanzaba
para 4 días, en cambio la sopa la puede hacer cualquier persona, de grandes o
escasos recursos, incluso, con esta sopa que casi nadie conoce, se evitarían muchas
muertes de niños por desnutrición.
A partir de ese momento alimenté a Eva solo con
la sopa Jaramillo, porque además ya no me salía casi nada de mi leche. Ella
tomaba 4 onzas cada 3 horas, quedaba satisfecha y dormía mejor. Por mi parte,
dejé de pasar tanto tiempo en citas médicas, consultas, controles y empecé a
disfrutar más de Eva y de su desarrollo normal durante el día a día.
-EVA TOMANDO SU PRIMERA-
SOPA JARAMILLO
MES Y MEDIO
SOPA JARAMILLO
MES Y MEDIO
Lo mejor de todo es que quedé tranquila, sentí
que por fin le estaba dando un verdadero alimento a mi bebé. Por primera vez
después de mes y medio, pude verla dormir plácida y relajada sin pujar ni
quejarse. Ver así a mi hija me dejó completamente agradecida, creo que tal vez
teníamos que pasar por esto para quitarnos las vendas de los ojos y ver con más
claridad las cosas.
Por último, esto no solo cambió la alimentación
de mi hija, sino que definitivamente cambió la mía, pues empecé a investigar y
a leer sobre la importancia de los alimentos, a cambiar mis hábitos, a ver por mí
misma los resultados, a experimentar, aprendí a leer las etiquetas, a no creer
en todo lo que dice la publicidad y a entender que lo único realmente natural
es lo que se prepara con alimentos frescos, sin ningún tipo de empaque. Eva no
ha probado ni una compota comprada, ni procesada de esas que venden por ahí
llenas de azúcar. Eva todavía no puede escoger sus alimentos, pero mientras sea
yo quien lo haga, seguiré eligiendo lo saludable, y si un día ella se antoja de
un dulce o de algo que no sea saludable, se lo permitiré, no soy extremista ni
totalmente rígida, pero sí trataré que en su rutina diaria siempre tenga alimentos
de calidad, y con el tiempo ella irá aprendiendo por si sola y crecerá con un
gusto especial por la comida sana. Aquí no caben esos jugos de caja que dicen “pura
fruta”, lo cual es falso, si queremos darle 100% pura fruta natural a los niños
(como dicen muchas etiquetas) entonces mejor démosle la fruta.
-EVA 1 AÑO-
Aclaro que no soy médico, ni nada por el estilo,
solo que escogí otra opción diferente para alimentar a mi bebé, opción que me
funcionó, y que podría servirle a muchas otras mamás. Por eso dejo las fuentes
donde pueden investigar más acerca del tema, cada cual es libre de alimentar a
sus hijos como mejor le parezca, lo importante es hacerlo con amor y
tranquilidad. Hoy sólo puedo decir que la Sopa Jaramillo cambió mi vida y la de
mi hija, y que sí hay más opciones de alimentación para los bebés, a parte de
la leche.
Hoy, Eva es una niña con crecimiento y
desarrollo completamente normal, saludable y feliz.